No es que seamos unos lutiers pero la operación requería urgencia y llevarla a un taller no valía la pena así que se nos ocurrió lo siguiente ya que si no el mástil la cascaria si no realzábamos aquella maniobra.
Para volver a unir el mástil que se estaba despegando, taladramos e introducimos un tornillo de rosca para aplicar la presión necesaria para devolver al mástil a un posición, que trabajito.
:-) que momentos de tensión, lástima de una foto de cómo estaba antes de la operación...
ResponderEliminarbuen trabajo